Gracias a un artículo que nos compartió una mamá de la asociación hemos conocido la labor de Ian Byrd. Leyendo su página https://www.byrdseed.com/ hay muchas cosas que acabamos de descubrir y queremos compartir. Encontramos una persona que escribe, crea, expone y produce material y vídeos para ayudar a los educadores a mejorar sus recursos a la hora de motivar a sus alumnos con altas capacidades.

Lo primero que nos llamó la atención, y era el eje de la publicación inicial, fue el concepto que utiliza y denomina cerebro bicicleta. Buscando profundizar esta idea descubrimos su página y esta noción era parte de una entrada más completa que hablaba de cómo ciertas imágenes y metáforas pueden ayudarnos a entender más rápida y fácilmente a los alumnos con altas capacidades.

El término cerebro bicicleta estaba empleado para expresar el concepto de límite mínimo de velocidad. Uno puede montar en bici muy muy muy despacio, pero hay un límite de velocidad mínima y es el que, si superamos, nos hará perder el equilibrio y caer inevitablemente. Todo quien haya montado en bicicleta puede entender perfectamente de lo que estamos hablando. Si vamos demasiado despacio, perdemos estabilidad, y en cuanto aceleramos nos sentimos más seguros y recuperamos el control, el rumbo y el entusiasmo.

Lo mismo pasa cuando un alumno está en clase y se le fuerza a ir tan despacio que empieza a perder el control, el rumbo y el entusiasmo y cae, no literalmente al suelo, sino en la distracción y el aburrimiento. Los alumnos con altas capacidades tienen un límite mínimo de velocidad mayor, necesitan moverse más rápido para mantenerse alerta, para estar atentos y para involucrarse con lo que está pasando. De otra manera, desconectan. Y eso puede derivar en una mañana de aburrimiento y distracción, pero a la larga puede transformarse en una desmotivación crónica y falta de sentido e interés, para más tarde, y en el peor de los casos, derivar en aislamiento, ansiedad, rebeldía, depresión o fracaso escolar.

Entonces, antes de juzgar a un alumno con altas capacidades por su falta de atención, por su apatía o sus problemas de conducta, habría que pensar por qué pasa esto y cómo el aburrimiento es como una bicicleta que se mueve demasiado lento, hasta que pierde el equilibrio y se estrella.

El artículo original utilizaba más metáforas, y me parece muy importante compartirlas. Hablaba también de compañeros intelectuales. Se refería a la soledad y el aislamiento que puede llegar a sentir un niño de altas capacidades totalmente fascinado con un tema en relación a sus compañeros de clase. Ponía el ejemplo de un niño apasionado por los dinosaurios en medio de la clase de infantil. Y la diferencia abismal entre su entusiasmo, la profundidad de su sed de conocimiento y las preguntas que se formulaba en relación al nivel general y a los contenidos que estaban aprendiendo en clase. Ni sus compañeros ni los propios profesores tenían interés por seguir su ritmo o inquietud. Esto nos recordó a la noción de disincronía, tan frecuente también, no tanto a nivel interno, cuando la madurez intelectual y la emocional no concuerdan, sino a nivel externo, cuando la edad mental dista enormemente de la cronológica. Así ocurre, que es mucho más probable que un niño con altas capacidades se sienta infinitamente más comprendido y en sintonía y disfrute de la compañía de adultos con quienes compartir, que nutran y acompañen sus intereses, le escuchen y dialoguen, que con sus compañeros de clase que a nivel intelectual pueden hacerle sentir muy solo y fuera de lugar.

Otra imagen que Ian Byrd utilizó para explicar cómo (y no por qué) los niños con altas capacidades podían ser alumnos tan difíciles y tener bajo rendimiento era una simple captura de pantalla de la típica pregunta de test de CI. Cuatro cuadrantes. Tres de ellos con gráficos, parecidos entre sí, pero no iguales. Y el cuarto cuadrante, vacío. No había un orden lineal ni secuencial. Ni siquiera una pregunta. Ni ninguna indicación. Solo un cuadrante vacío y cuatro opciones debajo de cómo llenarlo.

Esa simple imagen consiguió que los niños se interesaran inmediatamente, comentaran sus ideas sobre la lógica a seguir para hacer su elección e intentaran explicar a los demás por qué elegir una opción y no otra. Lo consiguieron muy rápido, sin ayuda y sin reglas. Ese tipo de razonamiento abstracto que combina patrones, pensamiento lateral y deducciones lógicas e intuitivas son típicos de observar en las personas con altas capacidades. Y sí, es cierto, ese mismo alumno que se dio cuenta de esto al instante, también tiene problemas para aprobar los exámenes, llevar una agenda, hacer sus deberes o prestar atención en clase. Pueden ser brillantes, entusiastas y creativos, pero no precisamente en las destrezas y habilidades en las que les miden y evalúan y dentro de los patrones que les exige la escuela.

Seguimos curioseando en la web https://www.byrdseed.com/ y nos encontramos un extenso listado de artículos sobre necesidades sociales y emocionales de los niños con altas capacidades, y una colección de contenidos audiovisuales orientados a profesores y alumnos sobre temas tan diversos como idiomas, escritura, literatura, geometría, pintura en acuarela o etimología científica. Entre las lecciones favoritas encontramos: Cómo crear una criatura, Misión de supervivencia lunar, Rasgos de un personaje, Construcción de analogías creativas y Presentaciones con profundidad y complejidad, entre otras.

Un pequeño detalle es que todo el contenido y la web están en inglés. Esperamos eso no suponga un gran obstáculo. Al final con la expansión del bilingüismo, si no somos los padres serán nuestros hijos los que nos ayuden a aprovechar y compartir todo el material que hay a nuestro alcance.

¡No estamos solos! ¡Hay esperanzas!

 

La página web de Ian Byrd es https://www.byrdseed.com/ y el artículo original con sus tres metáforas para explicar cómo (y no por qué) los niños con altas capacidades no siempre son buenos alumnos https://www.byrdseed.com/three-images-to-explain-giftedness-to-parents/

Imagen editada. Ilustración original Cycology Clothing.