En el reino animal hay algunas especies que tienen características visuales muy curiosas. Los tarsios, por ejemplo, son unos primates con los ojos muy grandes. Son los mamíferos con los ojos más grandes en relación al tamaño de su cabeza. Los ojos están fijos así que, para contrarrestar esta inmovilidad, su cuello gira hasta 180 grados. Tienen una córnea también muy grande que les da una visión nocturna muy detallada.

También existen unos peces de cabeza transparente y llena de líquido que tienen los ojos flotando en su interior. Cada ojo tiene dos partes, una relativamente parecida a cualquier otro ojo animal, y otra que es un espejo curvo que recibe la luz y la refleja al ojo principal. Esta compleja estructura ocular les permite ver hacia abajo y hacia arriba al mismo tiempo.

Los camaleones, por su parte, tienen una vista bastante nítida de día, pero muy pobre durante la noche; aunque su principal peculiaridad es la movilidad de los ojos. El párpado es múltiple y cónico, y le permite dejar tan solo una diminuta porción de iris al descubierto que pueden dirigir hacia cualquier punto individualmente. Gracias a esta increíble mecánica ocular, pueden estar completamente quietos y camuflados y aún así cubrir 360 grados de visión de su entorno.

Tal vez resulte extraña o un tanto incomprensible toda esta introducción, que parece más apropiada para un blog sobre extrañezas del mundo animal que para uno asociado a las altas capacidades intelectuales. Pero sí tiene que ver, y mucho.

No nos resulta difícil comprender ni aceptar con absoluta naturalidad que estos animales tienen unas características muy específicas que les hacen únicos, y que determinan su manera de relacionarse con el mundo y de funcionar dentro de su hábitat. Podríamos afirmar sin demasiada extrañeza que estas peculiaridades de su fisonomía afectarán con seguridad su manera de obtener alimento, de moverse, de protegerse y de relacionarse con sus iguales, con sus presas y con sus predadores.

¿Por qué creen entonces que nos es tan difícil aceptar que dentro de un grupo de personas cada una tenga una manera especial de ver, sentir, pensar, actuar, expresarse y relacionarse? ¿cómo puede costarnos tanto entender que cada persona tenga una individual y característica, peculiar y única manera de ser?

¿Se nos ocurriría evaluar a un pez de cabeza transparente por su capacidad para trepar a un árbol? ¿o juzgar a un mono tarsio por el tamaño de sus ojos y exigirle que los mueva en lugar de mover el cuello? ¿o puntuar al camaleón por sus habilidades natatorias o por su velocidad de vuelo en lugar de valorar y maravillarnos con su increíble capacidad para camuflarse y con sus ojos de visión panorámica?

Pues todo esto es lo que ocurre habitualmente en la escuela. Todos los niños son forzados a aprender con los mismos métodos, evaluados con los mismos patrones, puntuados con los mismos exámenes y juzgados según sus habilidades dentro de determinados estándares. No solo no apreciamos sus peculiaridades, sino que les exigimos adecuarse a una estructura que atenta, no solo contra su naturaleza sino de manera aún más alarmante, contra su integridad psicológica y emocional.

Hay una enorme cantidad de material, artículos y recursos para profundizar en el tema, pero lo que ofreceremos en esta entrada es un acercamiento general, dentro de las altas capacidades, a la problemática de los llamados aprendices viso-espaciales. Al final de esta entrada dejaremos los enlaces a varios textos publicados sobre el tema que son de gran utilidad para comprenderlo en profundidad. Es muy importante conocer, porque como ocurre con el descubrimiento de otros tantos enfoques, genera alivio y aporta herramientas para transformar lo que podría parecer un problema en una puerta mágica.

Un gran porcentaje de niños y, en consecuencia, los métodos más extendidos de enseñanza podrían englobarse en lo que llamamos tipo de aprendizaje secuencial y auditivo. Leer, escribir, deletrear, calcular, planificar y categorizar son tareas fundamentalmente secuenciales. Seguir procesos, ir de lo simple a lo complejo, de lo particular a lo general, de las partes al todo y dentro de determinados límites espacio temporales son las bases del pensamiento, de la enseñanza y del aprendizaje auditivo-secuencial. La escuela toda está estructurada como una muñeca rusa de manera secuencial, lineal y repetitiva. Y los alumnos son educados y evaluados siguiendo estas premisas.

Pero no todos los niños funcionan, aprenden, experimentan y razonan así. Así como, gracias a la diversidad de la naturaleza, no todos los seres vivos en el planeta son de la misma especie, existen, además de los auditivo-secuenciales, los aprendices viso-espaciales. Y si nos forzamos a observarlos con el mismo enfoque que nos exige el sistema educativo tradicional diríamos que son impulsivos, que no saben planificar ni posponer la gratificación y que son terriblemente desorganizados. Pero lo peor de todo es que no solo lo “diríamos“, sino que realmente lo decimos cada día, haciéndoles sentir que hay algo que no está bien en ellos, que no son como esperamos y que son mediocres o incluso pésimos estudiantes.

Pero, si nos atrevemos a observarlos con otros ojos podríamos decir que se abstraen y concentran muy profundamente cuando disfrutan de algo, que tienen una enorme imaginación, un llamativo sentido del humor, una gran habilidad para proponer ideas originales y una sorprendente capacidad para vivir el momento presente. Todo esto tiene una causa muy clara: los dones del hemisferio derecho.

¿Cómo reconocer a un aprendiz viso-espacial? Si nos llaman la atención su capacidad artística y creativa, su imaginación e inventiva, su poder de observación, su memoria visual, su sentido de orientación, su capacidad para contar historias y su particular y agudo sentido del humor. Y a la vez es evidente que no se les dan nada bien, e incluso les irritan, los juegos de memoria, los ejercicios secuenciales y las tareas repetitivas, lo más seguro es que estemos ante un niño cuyo hemisferio cerebral derecho está muy desarrollado.

El problema que tenemos delante radica en que generalmente en el aula se le evaluará de acuerdo con sus habilidades para la lectura, la escritura descriptiva, la memoria, el aprendizaje lineal, su capacidad para retener instrucciones secuenciales y prestar atención. Así que, muy probablemente, este niño tan entusiasta, intenso, creativo será visto por sus maestros como un alumno lento, distraído y caótico, y tendrá la agenda llena de llamados de atención para sus padres y los boletines de calificaciones plagados de injustos suspensos.

Algunos descubrimientos que pueden ser también reveladores y ayudar a desarrollar herramientas más eficaces para mejorar notablemente el rendimiento de los aprendices viso-espaciales son: su predilección por los retos y desafíos y los enfoques que involucren de algún modo las aptitudes del hemisferio derecho; como pueden ser utilizar las emociones, el humor, o la multidisciplinariedad. Aunque pueden tener problemas para resolver tareas sencillas, repetitivas y secuenciales, pueden ser brillantes con material más complejo. Si la tarea a desarrollar no necesita de la intervención del hemisferio derecho, el nivel de atención, implicación, interés y, consecuentemente, el rendimiento disminuyen de forma muy notable. En síntesis, si no pueden usar ambos hemisferios, su capacidad de aprendizaje no solo se ve mermada, sino incluso totalmente anulada.

¿Cómo permitirles desarrollar su potencial y descubrir su talento cuando son niños que se sienten a contramano, cuando sus destrezas no forman parte del programa educativo? ¿Cómo evitar que se sientan inútiles, mediocres e inadaptados? ¿Cómo ayudarles a que dejen de pensar que no valen, que no pueden, que no sirven, que nunca lo conseguirán?

Los niños viso-espaciales necesitan mucho material visual, diagramas, esquemas, demostraciones, material manipulativo, interactivo, dibujar los conceptos, traducirlos a imágenes y en el espacio. Recuerdan mucho más lo que ven que lo que oyen. Y aumenta su memoria auditiva cuando lo que oyen está asociado a la música. Su orientación en el espacio es infinitamente mejor que en el tiempo.

Ser puntual, trabajar contra reloj, cumplir plazos y ajustarse a horarios establecidos puede ser muy difícil y estresante para los niños viso-espaciales. El tiempo puede ser un enemigo monstruoso para ellos, mientras el espacio constituye su mejor aliado.

Mientras los aprendices secuenciales aprenden del ensayo y el error, los viso-espaciales un día empiezan directamente a caminar, a decir frases largas, a dominar una segunda lengua o a montar en bicicleta. Esperan. Observan. Llevan a cabo un complejo mecanismo interno hasta que, de pronto, lo consiguen. Ejecutan el paso 10 directamente. Y les sería imposible explicar cómo llegaron ahí. Simplemente, lo consiguen.

Si se les pide que sinteticen algo, probablemente les resulte muy complicado. Lo suyo es el análisis. Desglosar. Relacionar. Cuestionar. Complejizar. Formular hipótesis. Cambiar de enfoque. Construir. Innovar. Descubrir. Investigar.

Si se les pide que sigan una serie de instrucciones expresadas de forma oral, probablemente les resulte muy complicado. Lo suyo son los esquemas, los mapas, los diagramas, los gráficos, las infografías, el material visual.

Si se les pide que realicen cálculos, probablemente les resulte muy complicado. Lo suyo es el razonamiento.  A veces pueden llegar a entender teorías y ecuaciones extremadamente complejas, pero no ser capaces de recordar las tablas de multiplicar.

Si se les anima a desarrollar sus propios métodos y a introducir la emoción en la tarea, ya sea a través de desafíos, retos, humor, o sencillamente permitiéndoles motivarse y conseguir los objetivos a través de temas o contenidos que les apasionen; los resultados pueden ser deslumbrantes. Si se sienten emocionalmente seguros, contenidos y confían en que pueden ser ellos mismos y no serán juzgados o rechazados, sino valorados y apoyados; podemos verdaderamente transformar a alumnos desmotivados, que no aprenden, no atienden, no rinden ni se comprometen, en niños creativos, alegres, entusiastas y brillantes. Y no es por obra de la magia ni de ningún milagro, sino simplemente por permitirles que fluyan y expresen libremente ese talento y potencial que siempre y en todo momento, aunque no pudiéramos ver, había estado ahí.

Recomendamos enormemente consultar el blog de La Rebelión del Talento que tiene una categoría específica con varios artículos sobre aprendices viso-espaciales, que nos han nutrido en la redacción de este texto.

https://aacclarebeliondeltalento.com/category/entendiendo-las-altas-capacidades/aprendiz-viso-espacial/

La hora del hemisferio derecho

https://elpais.com/elpais/2013/02/15/eps/1360927595_598327.html

El poder del hemisferio derecho

https://lamenteesmaravillosa.com/el-poder-del-hemisferio-derecho/

Origen, evolución y relación entre superdotación y talento viso-espacial

https://momtogifted.wordpress.com/2016/10/03/sobre-el-origen-y-evolucion-del-superdotado-viso-espacial/