Si no puedes vencerlos ¡Únete a ellos! decía el emperador Constantino. La verdad es que no recordaba quién había dicho la frase pero uno puede permitirse no recordar hoy en día porque hay tanta información tan al alcance. Partiendo de esta simple afirmación se pueden concluir varias cosas ¿Qué sentido tiene seguir aprendiendo las cosas de la misma manera que antes de que existiera Internet? ¿De qué sirve recordar innumerables datos si podríamos usar nuestra energía, tiempo y capacidad para interpretarlos, relacionarlos, para procesar, explorar, crear? ¿Para qué se toman los mismos exámenes que se tomaban antes, cuando no había manera de acceder a los datos si no era recordándolos? ¿Cómo es posible que sigamos intentando memorizar los nombres de todos los ríos de Europa y las capitales del mundo y las declinaciones de los pronombres en latín? ¿Para qué?
No estoy de acuerdo con la frase de Constantino. Creo que hay otras opciones fuera del binomio: vencer o unirse. Creo que hay un modo de ser y estar que no es luchando o adaptándose, que no es definiéndose, que no es decidiendo vivir con o contra algo. Igual Constantino quería decir otra cosa, pero en este momento la frase me lleva a pensar en el sistema educativo, en el hecho de aprender y en el autodidactismo. En superar la fase de frustración e inadaptación, en dar un paso al costado en vez de ir hacia adelante o hacia atrás; en buscar un camino alternativo.
Si nos preguntamos cómo aprende cada persona, no sólo qué le motiva a buscar el conocimiento, sino profundamente; no por obligación o por miedo a las consecuencias, sino de qué manera una persona se siente llamada a conocer, a buscar soluciones, a enfrentar el reto. Si en vez de preguntarnos qué, cuánto y cómo nos preguntáramos por qué, para qué, hacia dónde, desde dónde, puede que esas preguntas, no ya las respuestas sino las preguntas mismas, fueran las que trazaran el camino.
El sistema educativo nos dice qué, cuándo, cuánto y cómo. Pero el por qué y el para qué no suelen ser muy convincentes ¿Por qué? Porque es tu obligación. Y es tu obligación porque yo lo digo ¿Para qué? Para ser alguien, para conseguir un buen trabajo y ganar dinero y forjar tu futuro y ser útil a la sociedad. No creo que ningún estudiante, o casi ninguno, pueda apropiarse con demasiada alegría de estas respuestas ¿Y si pudiéramos, si fuéramos capaces de encontrar nuestro propio por qué y para qué? ¿Y si tuviéramos la libertad de decidir el qué y el cómo?
Y acá aparecen algunos temas interesantes. Y entramos en el territorio de las altas capacidades y la frecuente sensación de estar fuera de lugar y perder interés y acumular frustración y aburrimiento y desaprovechar en consecuencia toda la energía y la curiosidad intentando encajar en patrones extraños e incompatibles. Si un niño que ama la música y tiene oído absoluto deja las clases de piano y solfeo. Si un niño que ama el color y el dibujo y diseñar logos y tipografías y máquinas y personajes suspende plástica año tras año. Si un niño con una gran destreza física y una energía desbordante abandona sistemáticamente toda actividad deportiva y se niega rotundamente a iniciar o probar ninguna más. Si un niño que escribe páginas y páginas de un código que es una combinación de html, fórmulas matemáticas, gramática inglesa y script de hackeo deja sus clases de Unity. Si un niño que se queda fascinado con los documentales y animaciones sobre virus, bacterias, plagas letales, vacunas y nuevas generaciones de antibióticos suspende los exámenes de ciencias ¿No deberíamos pensar que lo que está fallando es el método? ¿No sería muy ridículo, incómodo e inaceptable que nos hicieran vestir a todos con la misma ropa, del mismo color y la misma talla? ¿Por qué entonces intentamos hacer eso con la educación? ¿Y evaluamos en función de ese patrón marginando, castigando, etiquetando a quien la camiseta le va muy larga de mangas o es incapaz de subirse la cremallera?
Desde el momento en que se descubre, amplía y complejiza el conocimiento sobre el cerebro humano y se toma conciencia de la existencia de múltiples inteligencias no catalogables, estandarizables ni medibles en base a una batería de tests de enfoque mayoritariamente lógico-matemático y esa ampliación del abanico fundamenta la teoría de que existen también muchos tipos de aprendizaje y se descubre que hay personas que tienen una mayor predisposición, facilidad y fluidez en su percepción auditiva y viso espacial que a través de los métodos clásicos, lineales y tradicionales de lectura, escritura y memorización. Desde ese mismo momento deberíamos plantearnos un cambio.
Abundan los ejemplos de personas increíblemente capaces, brillantes y creativas que de haber definido su valía y trazado su camino según las normas de lo establecido, según la opinión de sus profesores y la estructura de un sistema en el que no conseguían encajar, no solo hubieran estado destinadas al fracaso y la mediocridad, sino que nos hubieran privado de su mirada, de su obra y de su genialidad: Albert Einstein, Leonardo Da Vinci, Mozart, Isaac Newton, Galileo Galilei, Stephen Hawking, Agatha Christie, Arquímedes, Ray Bradbury, José Saramago, Stanley Kubrick, Jimmy Hendrix, Basquiat. Todos autodidactas. Hay veces que para el talento o la originalidad de un individuo sencillamente no existe todavía un sistema capaz de categorizarlo, validarlo o comprenderlo. E impedirle pensar, aprender, ser y hacer “a su manera” es cometer un error imperdonable.
Así que prefiero las palabras de Gloria Fuertes a las del emperador…
“Me dijeron: – O te subes al carro o tendrás que empujarlo. – Ni me subí ni lo empujé. Me senté en la cuneta y alrededor de mí, a su debido tiempo, brotaron las amapolas.”
Para ampliar sobre Autodidactismo y Superdotación un artículo de MomToGifted con un interesante análisis sobre los elementos que diferencian una manera de aprender innovadora y holística del típico y estructurado aprendizaje reglado y secuencial.
https://momtogifted.wordpress.com/2016/05/29/the-rydkvist-group-y-el-autodidactismo-del-superdotado/
En este artículo publicado en el blog de La Rebelión del Talento se abordan técnicas, consejos y recursos alternativos a los métodos tradicionales y especialmente apropiados para aprendices visoespaciales.
https://aacclarebeliondeltalento.com/2017/05/27/odio-leer-odio-escribir/