En el día del libro, compartiré una lista de los libros que me definen.
Que me han reconstruido de alguna manera.
Que me rescataron a veces de la oscuridad, otras de la soledad (aunque viven en cuartos contiguos).
Creo que porque tienen un punto de sinceridad visceral que me ha hecho sentir acompañada en momentos en los que las personas de carne y hueso que respiraban y caminaban y comían y parecían existir a mi alrededor y a mi alcance se me hacían muy distantes y extrañas.
Imaginar que detrás de estas letras impresas en papel había una persona tangible (o la había habido en el caso de los que ya no son más que palabras) me daba una infinitamente necesaria sensación de no estar tan sola en mi locura y en mi desesperación.
Aquí van.
Milan Kundera. La insoportable levedad del ser
Milan Kundera. La ignorancia
Karl Ove Knausgard. La muerte del padre
Karl Ove Knausgard. Un hombre enamorado
Stig Saeterbakken. A través de la noche
Marguerite Yourcenar. Opus Nigrum
Carson McCullers. La balada del café triste
José Donoso. El jardín de al lado
Julio Cortázar. Rayuela (y cualquier cosa que haya escrito, sus cuentos, su voz recitando el aplastamiento de las gotas, el futuro, los amantes, sus clases magistrales en Berkeley…leería de Cortázar hasta la lista de la compra)
Clarice Lispector. Cerca del corazón salvaje
Clarice Lispector. La pasión según G. H.
David Foster Wallace. Esto es agua
David Foster Wallace. Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer
La peli ‘The End of the Tour’ y el libro de David Lipsky que recoge todas las conversaciones de los días en los que convivió con David Foster Wallace y lo acompañó en la presentación de ‘Infinite Jest’.
El libro se llama ‘Although of Course You End Up Becoming Yourself’. Ya está traducido: ‘Aunque por supuesto terminas siendo tú mismo’.
No sé cómo habrá hecho David Lipsky para sobrevivir a haber convivido con DFW y tener que despedirse.
Lucia Berlin. Manual para mujeres de la limpieza
Simone de Beauvoir. La mujer rota