La Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuenta con un nuevo edificio para la Jefatura de Gobierno. La sede se encuentra frente al Parque Patricios y fue diseñada por el despacho del arquitecto británico Norman Foster.

Buenos Aires cuenta desde 2013 con la primera obra latinoamericana de Foster + Partners, el edificio de departamentos Faena Aleph, en Puerto Madero. Esta vez, un nuevo icono de diseño arquitectónico, sostenibilidad e innovación tecnológica, marcas personales del arquitecto, suman otro galardón, ya que el edificio para la Sede del Gobierno obtuvo la primera certificación LEED plata que se otorga en Argentina por su eficiencia en el consumo de agua y energía, la utilización de energías alternativas, la selección de los materiales y un uso sostenible del suelo y los recursos.

El edificio se desarrolla en una planta diáfana que tendrá capacidad para 1.500 puestos de trabajo, alojará al Jefe de Gobierno, y contará con un auditorio y espacios multifuncionales abiertos a la comunidad. El emplazamiento en el eje sur de la capital bonaerense forma parte de un plan de revitalización de toda el área, que ha sido históricamente una zona industrial y degradada.

La morfología de la cubierta, una sucesión de bóvedas sinusoidales de hormigón visto, define la identidad del proyecto. Las fachadas longitudinales acristaladas se abren completamente hacia el parque. La retícula modular de columnas se erige vertical entre los troncos y el techo ondula sobre las copas verdes. Mientras las fachadas asoleadas se cubren de lamas, el techo se abre en largos lucernarios dejando entrar el sol a los amplios atrios de cuádruple altura.

Esta obra de Foster + Partners para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires materializa algunos sustantivos a la perfección: apertura, diálogo, dinamismo, funcionalidad, pureza, eficiencia, transparencia, transformación. Ojalá, y con el tiempo, estas mismas condiciones se transmitan desde la arquitectura hacia la comunidad, y principalmente a quienes ocuparán el edificio, y trabajarán por la ciudad desde sus espacios. Ojalá estos sustantivos puedan dejar de ser descripciones materiales y puedan transformarse en símbolos que expresen lo humano además de lo arquitectónico.

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