El 8 de marzo debería ser el primer día del año.

Lo transformaré en el primer día de mi año. Porque hoy empieza un año nuevo. Un año lleno de toda esa fuerza de las mujeres unidas, conscientes, valientes. De las mujeres que alzan su voz y gritan sus derechos, que se quieren libres y se sienten enteras, que no tienen miedo y saben lo que quieren. Y también lo que no quieren más. Nunca más.

Este 8 de marzo me guardo en el cuerpo la energía de los cantos, de esa masa imparable, de la intensa marea de color violeta cargada de ritmo y de vida y de certeza.

«Seré fiel a mi misma…Mi cuerpo es sagrado…No somos princesas, somos guerreras…Soy toda mía…Gritemos juntas y tan fuerte hasta que nos quedemos sin VOX…Soy la mujer de mi vida…» se lee en los carteles.

Me vibró el cuerpo con la fuerza de los tambores y se me abrió el pecho entre las voces, se expandió mi alma en medio de las banderas y desplegué mis alas entre la multitud. El 8 de marzo toca empezar de nuevo, redefinirlo todo, sentir intensamente, dejar el miedo, abrir la celda, soltar amarras, alzar el vuelo, caminar con orgullo, decirlo en alto, sabernos libres, nombrarnos fuertes, unirnos todas, despertar conciencias.

Estamos locas, sí.

Locas de orgullo, locas de amor, locas de tanta energía que no nos cabe en el cuerpo, locas de todo lo que hemos callado y ahora vamos a gritar, de todo lo que hemos aceptado y ya no queremos más, locas de ganas de ser quienes somos y de hacer lo que deseamos, locas de alegría de ser mujeres, de ser libres, locas de tanta magia y de tanta vida por gozar. Locas de ganas de gritar que juntas no nos para nadie, que libres somos y seremos, que vivas nos queremos y que seguiremos aunque intenten callarnos, doblegarnos, controlarnos, negarnos, invisibilizarnos, rebajarnos, abusarnos, manipularnos, violentarnos, disminuirnos, utilizarnos. Locas por proclamar que no nos hace falta que nos validen para ser, que nos miren para existir, que nos dejen para vivir, que nos deseen para gozar.

Somos nuestras.

Somos libres.

Somos mujeres.

Somos una.

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