El año 2016 por fin ve despegar al sector inmobiliario de la larga crisis en que estuvo sumergido. Precios en alza, promoción de obras nuevas, incrementos en las ventas, reactivación de la inversión en el sector; todos los indicadores apuntan a que el mercado inmobiliario, y particularmente los segmentos de vivienda y oficina, está viendo una recuperación y volviendo a generar oportunidades de negocio.

Sumar dos ámbitos en expansión, conjugar dos sectores con un alto potencial: de eso se trata en este momento combinar la Realidad Virtual y el mercado inmobiliario. Desarrollar herramientas y aplicaciones VR que ayuden a redefinir las reglas del juego en un momento en que las posibilidades aumentan y las partes intervinientes se encuentran permeables al cambio y la innovación, puede dar excelentes resultados.

El vídeo 360 permite, tanto a los agentes inmobiliarios como a los clientes interesados, optimizar la inversión de dinero y tiempo que suponen las visitas a los inmuebles. Recorrer virtualmente todas las estancias de una vivienda u oficina es algo que hoy en día puede hacerse fácilmente con solo colocarse las gafas de Realidad Virtual, ya sea desde la propia inmobiliaria o desde cualquier lugar mientras tengamos un móvil con acceso a Internet y un visor tan básico y fácil de usar como el Google Cardboard. Podemos visitar un espacio existente e incluso uno aún por construir, modelado y renderizado en 3D, recorrerlo cuántas veces sea necesario, y solo concertar visitas concretas una vez reducidas las posibilidades a las opciones preferidas. El hecho de contar con una herramienta innovadora influye además como factor diferencial y aporta valor a las ventajas prácticas.

Desde el punto de vista del agente inmobiliario, contar con una plataforma desde la cual ofrecer la posibilidad de producir, alojar y gestionar vídeos 360 de los inmuebles, se erige como un factor clave, una estrategia de marketinginnovadora y diferenciadora, una solución tan atractiva para los vendedores como para los compradores. Se realiza una inversión inicial que posteriormente reduce los costes y la organización de las visitas, que habitualmente se ven limitadas a horarios, disponibilidad, traslados y recursos comerciales. Una inmobiliaria que utiliza la Realidad Virtual como herramienta de venta tiene una enorme ventaja competitiva en el mercado.

Desde el punto de vista del comprador, tener la posibilidad de visitar y recorrer, las veces que quiera, sin prisas, sin traslados, sin la incomodidad y la presión de tener que decidirse por sí o por no durante la visita, pudiendo compartirlo con otras personas sin la obligación de coincidir en un lugar a una hora determinada, y a través de una experiencia totalmente inmersiva que podrá disfrutar tranquilamente desde el sofá de su casa, perfila una diferencia abismal en relación a lo que es y ha sido siempre el proceso tradicional a través de cual se llevan a cabo las operaciones inmobiliarias.

Como en tantos otros ámbitos, la Realidad Virtual está ganando terreno y explorando posibilidades dentro del mercado inmobiliario, principalmente para operaciones de compra-venta dentro del sector de la vivienda y oficina, pero sin olvidar las posibilidades que ofrece a las propiedades en alquiler, tanto para contratos de larga duración como para los temporales y vacacionales. Este nicho tiene un enorme potencial y promete seguir enriqueciendo la experiencia desde todos los puntos de vista en una fórmula en la que tanto promotores, proveedores, agentes inmobiliarios, propietarios y compradores salen ganando.